Desde el momento que se captura el pescado el reloj comienza una cuenta atrás. Su PH desciende y se vuelve más vulnerable a las bacterias y por tanto al deterioro. Por eso es muy importante, sobre todo cuando hablamos de pescado fresco, reducir lo máximo posible el tiempo que pasa desde que sale del comercializador hasta que llega a nuestra casa.

Las bacterias pueden hacer estragos si no conseguimos mantener la cadena de frío y el pescado se ve expuesto a una temperatura de más de 10ºC. Otro factor determinante puede ser la contaminación externa por un incorrecto manipulado o embalaje. Si el pescado no está eviscerado, sus poderosas encimas digestivas pueden hacer también de las suyas… Y si el pescado que adquirimos está ya fileteado, debemos tener en cuenta que tenemos otro factor de vulnerabilidad, ya que al faltarle la barrera protectora de su piel, se acelera el proceso de oxidación.

cajaReglas generales para un transporte seguro:

– Entorno isotérmico: debe mantenerse una temperatura entre 0 y 4ºC
– Aislado: el envase o contenedor debe evitar el contacto del pescado con elementos contaminantes externos
– Protección contra golpes: para mantener su textura firme y, en caso de no estar eviscerado, evitar que se rompan las tripas y contaminen la carne
– Acortar el trayecto: que sea lo último que se compre o lo último que se cargue en el vehículo, para exponer el producto a las menos variaciones posibles.

Transporte comercial

Si eres un comercializador/distribuidor debes utilizar vehículos isotermos en pequeñas distancias y vehículos refrigerados, si los desplazamientos van a ser mayores.
Para el envasado el material ideal es el poliestireno expandido (EPS), por su excelente aislamiento térmico y alta capacidad de amortiguación de impactos. También se suele rodear el pescado de
escamas de hielo de pequeño tamaño (para no marcar la superficie del producto) o geles congelados para mantener la temperatura idónea.

Transporte particular

Si vas a hacer tu compra particular, llevarte tu propio recipiente hermético de cristal de casa es una gran opción. Es más robusto y evita que el pescado entre en contacto con materiales plásticos, asociados en ocasiones a disruptores endocrinos y que se traspasan con más facilidad cuando hay líquidos. Además los hay incluso con rejilla, para que el pescado no esté en contacto directo con sus fluidos. Si puedes llévalo en una bolsa o carrito isotérmicos, te ayudará a mantener la temperatura adecuada y cuida de llevarlo en una posición estable. Y ve direct@ a casa, sin exponerlo a largos tiempos de trayecto ni a la exposición solar.

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