Desde el pasado sábado 17 de junio la centolla estará en veda en la Ría de Pontevedra por lo que no volveremos a verla en nuestros mercados hasta el 12 de noviembre. Aprovechando la noticia sobre la veda de este crustáceo vamos a aprender más sobre su biología, ciclo de vida y captura.

La especie de centolla que habita en aguas gallegas es  Maja squinado. Este crustáceo decápodo posee un caparazón de gran tamaño en forma de «gota» siendo más triangular por la parte delantera y casi redonda por la parte trasera, con numerosas espinas y protuberancias. El caparazón, cubierto con pequeñas algas y aneiróns, posee dos fuertes pinchos en el borde delantero.

La centolla, que habita en fondos rocosos o arenosos, cuenta con 5 pares (4 para locomoción y 1 para alimentación y defensa) de patas duras y largas acabadas en una uña afilada con las que se mueve por el fondo y se alimenta de una gran variedad de organismos, dominando las algas y moluscos en invierno, y equinodermos, como los erizos y pepinos de mar en verano.

Como el resto de crustáceos, la centolla realiza la muda de su caparazón volviéndose muy vulnerable durante el cambio por lo que para evitar ser atacado por depredadores, se esconde hundiéndose en el fango o escondiéndose entre las algas y deja de alimentars hasta que el nuevo caparazón se haya endurecido.

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Durante el otoño realizan grandes migraciones pudiendo llegar a recorrer hasta 160 km en 8 meses y durante el verano, tras la muda de las hembras, se reunen en grandes grupos para reproducirse. Durante todo este período los machos forman un gran círculo alrededor de las hembras para protegerlas hasta que tengan duro su caparazón. Tras el apareamiento, el esperma de los machos queda almacenado en un pozo seminal que poseen las hembras  y allí espera alrededor de seis meses hasta que se realiza la puesta. Al realizarse la puesta los huevos son fecundados y pegados a los apéndices abdominales de las hembras, donde permanecen hasta que transcurren 7 u 8 meses, tiempo que dura la incubación. Cuando los huevos hacen eclosión, liberan unas larvas llamadas larva zoea que vive en la columna de agua durante un mes y medio o dos meses.

En cuanto a su captura, las embarcaciones tradicionales pescan la centolla utilizando artes artesanales como nasas, trasmallo y miños:

Tras el periodo de veda, desde noviembre hasta junio, podemos encontrar centolla en plazas de abastos, supermercados, e incluso a través de internet pero, ¿cómo saber si se trata de centolla gallega o foránea? Aquí os dejamos 3 trucos que os pueden ayudar a la hora de comprar centolla gallega:

  1. El caparazón de la centolla gallega es más oscuro, tiene las puntas más afiladas y posee una gran cantidad de algas e incluso algún resto de red.
  2. La longitud de las patas es mayor en la gallega y posee uñas afiladas.
  3. El precio es un claro indicador de la procedencia de la centolla, ya que la gallega tiene un valor superior además de que no puede ser encontrada en los mercados desde finales de primareva principios de verano hasta noviembre (debido a su periodo de veda).