Ejemplo de etiquetado de pescado

A la hora de comprar pescado, nos podemos encontrar con el problema de no saber distinguir si está fresco o no, por lo que os vamos a dar unos sencillos trucos para que os convirtáis en unos expertos compradores de pescado artesanal.

El brillo: el brillo es algo muy característico del pescado fresco, y junto con el color, da esa sensación de viveza. Cuando un pescado no está fresco pierde empieza a perder color y el brillo se apaga

El ojo: cuando el pescado está fresco, el ojo se puede ver perfecto, con brillo, como si estuviese vivo, pero con el paso del tiempo los ojos se empiezan a volver rojizos o incluso negro.

Las agallas: son de color rojo, ya que es la parte donde la sangre se oxigena. Cuando el pescado tiene unos días se vuelven de un color marrón grisáceo.

La rigidez: si el pescado es del día, estará rígido y con la carne dura. Con el paso del tiempo el pescado se ablanda por lo que al cogerlo se doblará.

En cuanto a los bivalvos, siempre tienen que estar cerrados, de no ser así es que ya están muertas.

En todo caso, al margen de estos indicadores de frescura, todo pescado tiene que estar expuesto con su etiqueta la cual, al igual que el D.N.I., muestra toda la información sobre la zona de pesca, el tipo de arte utilizada para pescarlo, la lonja en la cual se vendió, la fecha etc.

Os recomendamos que sigáis estos sencillos trucos, y ante la duda recurrir siempre a la etiqueta.